Los balets Rusos siguen influyendo no solo en el vestuario sino también los maquillajes, la música, los escenarios, y las decoraciones de la casas de la alta sociedad. Todo ello toma un aire colorista.
La liberación del cuerpo llevada a cabo la década anterior, se transforma en opulencia y lujo. Los trajes para las mujeres son de estilo harén, llevan turbantes, túnicas y pantalones bombachos, prendas forradas con piel e incluso se pone de moda ir descalza, acorde con un estilo oriental.
La mujer empieza a practicar deportes como el golf, arco, tenis, monta a caballo y en bicicleta, para todo ello se crean prendas especiales muchas de ellas con escotes en pico.
Gabrielle Chanel lanza en 1913 una línea en ropa de punto con la finalidad de que la mujer pueda practicar deporte de manera cómoda o simplemente vestir de una manera casual. El Maquillaje deja de ser solo para prostitutas y sufragistas y se convierte en algo llamativo y exagerado.
Incluso empieza a estar bien visto codearse con cortesanas elegantes y confundir a las intachables damas con ellas.
Las altas esferas empiezan a visitar asiduamente los balnearios, donde también allí rendirán culto al cuerpo y a su estatus.
Otra mujer influyente de la época es Madeleine Vionnet a quién no le interesa la practicidad de Chanel, busca la belleza a través de la perfección del corte, es ella quien inventa el corte a biés e ingenia los vestidos en calidad de obra de arte. Creación de Madeleine Vionnet
Creación de Madeleine Vionnet
Foto desde Trendy Hay que mencionar que las trabajadoras en el taller de Vionnet gozaban de pequeños descansos, períodos vacacionales pagados, baja por enfermedad y permisos de maternidad muchos años antes de que estas medidas se impusieran por ley. Las instalaciones de su empresa incluían una cantina, la consulta de un dentista, una enfermería y una agencia de viajes que se ocupaba de organizar las vacaciones de unas mil empleadas.
LA I GUERRA MUNDIAL 1914-1918
Las mujeres tienen que despeñar las funciones de los hombres que se encuentran en el frente, así que el vestuario de muchas de ellas es la ropa de trabajo y el uniforme, empiezan a utilizar los pantalones con asiduidad, así como los monos.
Además encontraremos el luto en actos sociales distinguidos. Se recordará siempre el Black Ascot, un domingo de 1910, el acontecimiento social del año se vio tintado de luto para rendir homenaje al recién fallecido Eduardo VII, fue el acontecimiento de la década en moda.
Debido a la duración de la guerra y el gran número de muertos, las normas del vestuarios se relajáron.
Muy pocas guardaban luto un año, a las joyas de ámbar negro dio paso a la tolerancia para diamantes y perlas e incluso se pudo sustituir el color negro por algún gris o malva.
Las mujeres empezaron a atrabajar en la construcción, en el campo, en las fabricas, fueron revisoras y conductoras de tren y bus, e incluso llegan a llevar la dirección de las empresas o alistarse en el ejercito.
Una figura muy estimada es la enfermera de la cruz roja. Las mujeres se fotografían con uniformes de voluntarias de la cruz roja o incluso de monja.
El estilo es completamente militar, abrigos largos que cubren los vestidos, con cuellos smoking o grandes solapas, las faldas son rectas y estrechas, son tres cuartos y plisadas, los sombreros también se reducen de tamaño por comodidad y las joyas pierden protagonismo., ya que no es el momento más adecuado para lucirlas.
Durante la guerra, Vionnete y Poiret cierran sus puertas, mientras que Chanel sigue abierta con sus conjuntos de punto adecuados para cualquier ocasión. POSGUERRA
Las mujeres son apartadas de sus trabajos y pierden la libertad obtenida durante la guerra, las prendas son sencillas y muchas de ellas confeccionadas en casa, los vestidos cortos son los predilectos o los pantalones de corte recto.
Los ideales de bellaza en esa época son tres cánones dispares :
La muchacha cariñosa
La Madonna sacrificada
La vampiresa exótica
Para conseguir unas pieles hermosas se inyectan parafina y se maquillan concienzudamente, empiezan los imperios de la cosmética como el de Helena Rubinstein.